Estirar el Diseño


Estirar el Diseño desde el Diseño, o incluir el Diseño en el Vacío, en lo que no está Diseñado. Voy a abrir un tema bastante difícil de tratar, al menos es lo que me ha sucedido a mi, pues voy a referirme a algunas vicisitudes del tránsito entre un estado y otro. De uno estamos cansados, pero nos parece imposible abandonar, y el otro nos resulta desconocido. Es decir, esto se suele presentar “al procurar” mutar nuestra Lógica Individual Divergente en una Lógica Global Convergente. Este es el primer error técnico desde el cual partimos, pues mi identidad intenta cambiar una lógica por otra, en vez de dejarse mutar por el vacío, cuestión que nos puede parecer imposible. Por un momento, solo lo tengamos en cuenta. Apuntemos a cuando la identidad quiere encargarse del proceso, lo cual vamos a ver como un hecho automático. La identidad quiere encargarse del transito, y no está permitiendo que sea mutada por aquel vacío. Una de las cuestiones de esta situación, más común de lo que parece, es tomar los aportes de otro receptor, digamos en mutación, como una exigencia a lograr, desde a mi propio diseño,…, lo cual he venido haciendo como motor de cambio, cuestión que también tiene el diseño individual. El tema, insito, es que tengo que aprender a permitir sin que esto sea un logro de la identidad. Porque mientras sea un logro de la identidad, me voy a encontrar que estoy entre dos aguas. Es decir, me voy a sentir encerrado entre el pasado, y un futuro aparente, o en definitiva, falso. A esta situación, lo tenemos que entender desde lo paradójico, pues no vamos a estar parados ni en un lugar, ni en el otro, si no en medio de la paradoja, y es posible que nos sintamos entre dos polos, es decir, bipolares. Ahí vamos a sentir ante un esfuerzo de la identidad que es, prácticamente, inevitable. Pues no puedo no tomar la consigna de cambio con la identidad, porque no puedo afrontarla. Pero si no tomo la consigna del cambio, no me puedo mover de donde estoy. Pero, al tomarla, me voy a sentir exigido a moverme desde el mismo diseño individual hacia un lugar que desconozco. Es decir, como dije, voy a vivir la paradoja. ¿Recuerdan la saga del planeta de los simios? En un momento, César, un simio, hace un salto hacia la expresión hablada, y emite una palabra: “No”. Es decir, pega un salto evolutivo en el lenguaje, y realiza algo que no era propio de su diseño. Para hacer eso, tuvo que hacer antes, varios pasos previos hacia la comunicación hablada. Mientras tanto, hablamos de un punto de inflexión entre el “tener que” mutar, y “el permitir que” puedo ser mutado. Ese es el salto evolutivo no lineal, es decir, me doy cuenta de que el abstracto me da una posibilidad de asumir los desafíos no desde el esfuerzo. ¡No! diría César. El caso es que, en algún momento, tengo que ir más allá de mi diseño, y dejar de estar basado en el diseño que tengo previamente. Una situación semejante, puede ocurrir en cualquier momento del supuesto proceso de mutación. Es decir, en cualquier momento, mi identidad va a querer encargarse del tema, y no va a permitir que el vacío me mute. Es decir, no solo estoy hablando de un error que puedo cometer solo al comienzo del proceso, si no de algo en que puedo incurrir en cualquier momento, incluso al haber tenido vivencias, o experiencias ya con la mutación, o sea, ya habiendo dejado entrar al vacío con anterioridad, y me haya dado cuenta de ello, o por el contrario, no me haya dado cuenta de ello. Es como si César, que ya ha hablado, volviera a no poder comunicarse con palabras, y entonces, perdiera el hilo de Ariadna para salir de su laberinto. Si yo tomo los aportes de otro receptor en mutación como una exigencia para aplicar en mi receptor, como he dicho antes, y lo hago desde la identidad, me puedo encontrar con un apriete entre dos paredones, un paredón que viene desde el pasado, y también otro, que viene, digamos, desde un falso futuro. Por ejemplo, si me impongo desde la identidad, convertirme “en un adulto mayor del espacio tiempo”, como dice Alejandra Casado, puedo caer en esta situación de doble apriete. No es que la consigna este mal, ni lo que dice Alejandra lo esté, si no el error es que estoy procurándolo hacer desde 4, desde la identidad, y no estoy permitiendo dejar que el vacío me mute. Es decir, voy a estar estirando mi diseño de pasado, y este diseño se va a sentir afectado y entre dos aguas, como ya he dicho. Como consecuencia voy a vivir el efecto de la goma de mascar, estirándola hasta que, en algún momento la goma se va a hacer más y más delgada, para que pueda romperse. Al menos, mientras esté realizando este esfuerzo desde la identidad, aquella va a ser la sensación que voy a tener en los planos o frecuencias más densas, digamos, 1, 2, 3, o quizás incluso, en 4. Es un atascamiento de distintos observadores, en las calles evolutivas. En esa situación tenemos que obrar con mucha paciencia, para desatascar el embotellamiento de tránsito en el que nos encontramos. Pues, como he dicho, vamos a sentir que las soluciones que vienen del pasado ya no nos sirven, pero no puedo dejarlas, pero que las consignas que vienen del futuro, tampoco las puedo aplicar. Tenemos que ir poco a poco, ora permitiendo un tipo de observadores, y otrora otros, hasta que podamos sentir una despresurización del embotellamiento, hasta que podamos pegar el salto evolutivo, no desde la identidad, si no que podamos permitirnos dejar entrar al vacío, como agente de transito de aquel salto.

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